lunes, 29 de abril de 2013

Viajes astronómicos: la cuenca de Mackenzie


Un cielo cubierto de estrellas implica algo muy inspirador, sobre todo para aquellos que vivimos en ciudades donde la contaminación lumínica está a la orden del día. Si buscamos un buen lugar para disfrutar del cielo nocturno, donde disfrutar de este espectáculo de la naturaleza sin necesidad de ser astrónomo, debemos mirar a la Cuenca de Mackenzie, en Nueva Zelanda, uno de los mejores lugares del mundo para disfrutar de las estrellas.


Cuando el cielo no se aprecia realmente, puede ser sencillo distinguir las principales estrellas o constelaciones (en caso de que la luz nos permita verlas), pero no lo es tanto en un cielo limpio en el que observemos infinidad de estrellas. La Cuenca de Mackenzie ha sido nombrado como Reserva Internacional de Cielo Oscuro, siendo una parte indiscutible del Parque Nacional de Mount Cook, al sur de Nueva Zelanda.

La susodicha cuenca cuenta con unas 1.600 millas cuadradas, es el mayor lugar para la observación de estrellas del mundo. En la zona se toman muy en serio el valor de su cielo nocturno, como ejemplo las leyes locales que luchan contra la contaminación lumínica, haciendo que enfoquen exclusivamente el suelo con la potencia adecuada.

¿Qué hacer aquí?


Se trata de un destino genial para el senderismo y el trekking, podemos encontrar además grandes vistas al lago Tekapo y sus cálidas aguas termales.

Por las noches, podemos disfrutar del cielo a solas o con un profesional que nos ayude y explique cosas. El primer punto de observación es el observatorio de la Universidad de Canterbury.  

Fotos: bulliverPhillipC

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