Parque Ritan
Para una mañana tranquila con la merienda podemos ir al parque Ritan, allí encontraremos a gente haciendo Tai Chi, jugando al Mah-Jongg,... Incluso hay un boulder para escalar al aire libre aunque sea de forma no natural. El parque remonta su origen al 1530, habiéndose convertido en el pulmón de la ciudad con el paso del tiempo, sobre todo en una ciudad con el aire tan contaminado como es esta.
La zona de compras más concurrida de Beijing es esta, y si en las compras se nos puede ir el dinero, no así los “sightseeing”. En las callejuelas que cruzan podremos degustar escorpiones fritos o gusanos de seda. No podemos dejar pasar la opción de visitar la catedral de San Joseph, una iglesia del siglo XVII y que ha sobrevivido a las rebeliones y los terremotos.
Plaza Tiananmen
En impensable ir a Pekín y no visitar tan emblemático lugar, un lugar en el que la historia tomó una importancia única. Eso sí, cuidado con estafadores y carteristas.
Lago Houhai
Al norte de la Ciudad prohibida se encuentra el lago Houhai, el lugar perfecto para refrescarnos en los calurosos días de verano. Puedes bañarte, bucear, dar un paseo por la orilla o alquilar una bicicleta para pasar la tarde...
La ciudad más vanguardista y urbano cuenta con su propio distrito artístico en la parte nororiental. Se trata de un pequeño barrio repleto de galerías de arte, tiendas alternativas, cafeterías, boutiques de moda, de arte,... es en cierto modo un centro de la cultura china contemporánea.
Y vosotros, ¿conocéis ya esta ciudad?
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