viernes, 9 de abril de 2010

Barna y el resugimiento de la arquitectura


Barna, Barcelona, la Ciudad Condal,... una de las capitales del mediterráneo. Ciudad histórica que mira al futuro, de hecho, se suele decir que es la más europea de la península. En mi opinión esto tiene mucho de cierto, quizás por la sensación que se tiene al pasear por sus calles, quizás por la propia estructura de la ciudad. El hecho es que está integrada por una variedad de culturas que le otorgan un matiz diferencial, una sensación de apertura que no podemos negar. La sensación aumenta cuando comenzamos a pasear por sus calles y barrios, perderse por el barrio Gótico y parar a escuchar algún músico callejero en la plaza del rey es realmente agradable. Dar una vuelta por el barrio de Gracia, antigua villa independiente, con su carácter y su constante actividad. Por no hablar del legado de Gaudí, ese arquitecto “loco”, un prodigio que miraba al futuro como un sueño en el que se fusionan la técnica y el arte.

Es asombroso como se le pudo ocurrir, porque no lo neguemos, no hay muchos arquitectos o artistas con esa visión y capacidad para, al menos, intentar llevar adelante un proyecto de ensueño como era el Parc Güell. Porque como quizás ya sepáis, el proyecto buscaba crear una especie de ciudad dentro de la ciudad, destinado sobre todo al mundo de los pensadores y las artes. Podemos observar algunas de las casas que sí se acabaron, la iglesia, el famoso mercado,… el objetivo era montar, bajo el peculiar estilo de Gaudí, un pequeño pueblo de innovación con vistas de futuro. Finalmente por algunos problemas de índole económica no se puedo finalizar, pero ahí nos dejó esa impresionante muestra de lo que podría ser, como materializar otra forma de vivir el día a día. Otras muestras de su innovación son la casa Batlló o la Pedrera.

La verdad es que son motivos más que suficiente para buscar unos vuelos baratos a Barcelona. Además si tenemos en cuenta que hay low cost que vuelan a Girona, nos puede salir baratito, y así aprovechamos y nos acercamos a Figueres, donde también nos encontramos el sello Gaudí.


Como no, la Sagrada Familia, esa construcción en un principio religiosa, pero que a día de hoy es más bien un símbolo del arte. Además del hecho de que sigue en construcción y aún le quedan unos cuantos años, algo comprensible cuando vemos el nivel de detalle de algunas de las portadas que están más avanzadas o casi acabadas. No queda un resquicio sin un matiz o una curiosidad.
Esto, junto con otros innumerables atractivos y la opción de conseguir hoteles baratos en Barcelona la hacen un destino lleno de posibilidades. Quizás otro día hablemos del puerto y su historia, de la antigua isla de Maians o de las leyendas acerca del origen del propio nombre de Barcelona, siempre rodeado de incertidumbres.

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