Un cielo cubierto de estrellas implica
algo muy inspirador, sobre todo para aquellos que vivimos en ciudades
donde la contaminación lumínica está a la orden del día. Si
buscamos un buen lugar para disfrutar del cielo nocturno, donde
disfrutar de este espectáculo de la naturaleza sin necesidad de ser
astrónomo, debemos mirar a la Cuenca de Mackenzie, en Nueva Zelanda,
uno de los mejores lugares del mundo para disfrutar de las estrellas.
Cuando el cielo no se aprecia
realmente, puede ser sencillo distinguir las principales estrellas o
constelaciones (en caso de que la luz nos permita verlas), pero no lo
es tanto en un cielo limpio en el que observemos infinidad de
estrellas. La Cuenca de Mackenzie ha sido nombrado como Reserva
Internacional de Cielo Oscuro, siendo una parte indiscutible del
Parque Nacional de Mount Cook, al sur de Nueva Zelanda.
La susodicha cuenca cuenta con unas
1.600 millas cuadradas, es el mayor lugar para la observación de
estrellas del mundo. En la zona se toman muy en serio el valor de su
cielo nocturno, como ejemplo las leyes locales que luchan contra la
contaminación lumínica, haciendo que enfoquen exclusivamente el
suelo con la potencia adecuada.
¿Qué hacer aquí?
Se trata de un destino genial para el
senderismo y el trekking, podemos encontrar además grandes vistas al
lago Tekapo y sus cálidas aguas termales.
Por las noches, podemos disfrutar del
cielo a solas o con un profesional que nos ayude y explique cosas. El
primer punto de observación es el observatorio de la Universidad de
Canterbury.
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