Hay una delgada línea (o quizás no tan pequeña) entre viajero y turista. Para algunos, no existe tal línea, es una forma de entender el mundo, para otros, el hecho de dormir en hostales y viajar con mochila no te hace diferente de un “turista”. Pues la división se marca ha si pasas 4 horas esperando para entrar al Coliseo, lo sentimos pero eso es un turista. Entendemos que esto puede levantar ampollas, nadie quiere ser visto como un turista, pero es tan sencillo como no seguir leyendo. Pero, ¿por qué el concepto de turista está asociado a una mala reputación?
En cualquier caso, lo importante no es si viajas en avión, tren, coche, bus o barco... incluso en camello si lo preferís, mil formas de llegar a un destino con la esperanza de descubrir algunos lugares de interés y divertirte en mayor o menor medida, esto no implica que tengas que actuar como un turista... al menos no el modelo que los habitantes locales detestan.
Si vas de vacaciones, no olvides el sentido común en casa. ¿por qué hacer en el extranjero lo que no haces en tu país?
Veamos algunos puntos que nos ayudarán a no ser señalados cuando estemos en el extranjero:
1- Infórmate de cómo funcionan las cosas en destino
Empecemos con el cajero, con el momento de sacar dinero. Cuando metamos la tarjeta es conveniente saber cuanto querremos retirar, seleccionemos la opción “inglés” (a no ser que haya español...) y procedamos sabiendo ya el tipo de cambio y la cantidad en la que estamos interesados (¿cuántos euros son 20.000 florines?). Si estamos en una cola, seamos educados y preguntemos quién es el último.
2- Tu estás de vacaciones, pero los otros no
Es fácil de no darse cuenta cuando has entrado en modo “vacaciones”, mal fatal, que tu estés de vacaciones no implica que todo el mundo lo esté o deba estarlo. Por lo general, la gente que nos rodea no lo está, es su día a día y lo mismo no tienen el mismo ánimo que nosotros que estamos disfrutando sin más. También es fácil pensar que en un destino mediterráneo todo el mundo está de vacaciones, no nos confundamos, probablemente solo los extranjeros y algún nacional lo esté, el resto (por ejemplo quienes nos sirven...) están trabajando.
3- Déjate de ruedas
...y no nos referimos al coche, si no a las maletas con ruedas. ¿Por qué? Vale, suena raro dependiendo del punto de vista, pero sinceramente, ese tipo de equipaje es muy útil para los viajes de negocios o para ir a visitar a la familia, pero no para viajar de verdad. De hecho pensarás, si es lo mejor para moverse, error de nuevo, no lo es en absoluto. ¿Cuántos empedrados son una dura tarea con maletas? ¿a cuánta gente “atropellas” cuando te mueves por una calle cualquiera? ¿cómo subes las escaleras...? Sinceramente, para un viaje de verdad suele implicar más problemas que una ayuda, además, ¿nunca se te ha roto una rueda? Es algo tremendamente fácil...
Por supuesto, esto no son más que directrices muy genéricas, sin olvidar el hecho de que es una cuestión básicamente de actitud y personalidad, pero a buen seguro que esto nos ayuda. ¿Cómo os consideráis vosotros?
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