La capital alemana, la madre de todas las ciudades como se lee en alguna postal o camiseta, es pura historia pasada y reciente. Uno de eso sitios que sin ser el más bonito de todos tiene algo especial, indescriptible.
Quizás sea porque pasear por sus calles es pasear por la historia reciente de la vieja Europa. Los trazos de la Segunda Guerra Mundial, el Telón de Acero, las dos alemanias,… tantas cosas, tantos hechos, condensados en una sola ciudad.
A día de hoy, cuando miramos nuestra sociedad europea, de la unión y sin fronteras, cuesta pensar que hace apenas 20 años existía una división. El muro de Berlín suena tan lejano que cuesta no olvidar que fue casi hoy mismo, y al menos, en esta ciudad, podemos intentar no olvidar la historia, el mejor camino para no repetirla y no seguir separando los pueblos.
En esa ciudad doble, aún se perciben las diferencias pasadas, el sufrimiento de familias, la muerte innecesaria que se refleja en las marcas de metralla omnipresentes en numerosos edificios y construcciones de Berlín.
Por eso, que mejor que descubrirla de primera mano, con unos vuelos baratos a Berlín o, algo sorprendentemente sencillo en esta ciudad, unos hoteles baratos en Berlín.
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