La ciudad condal nos plantea numerosos atractivos, desde la peculiaridad de la arquitectura de Gaudí al barrio Gótico. Infinidad de rincones que nos sorprenderán y nos atraerán como el que más. Perdernos por sus calles, por sus bares, es toda un experiencia en su conjunto.
Pero lo bueno de esta ciudad no es solo lo que nos ofrece directamente, si no lo que nos ofrece indirectamente. Localidades como Girona o Figueres, aunque quizás no tan conocidas, merecen al menos una visita. También nos muestran su arquitectura única y un contexto para disfrutar.
Además, si nos decidimos por el alquiler de coche en Barcelona, podemos hacer una impresionante ruta entre la costa y las montañas, caso de Montserrat. Ese impresionante convento en un lugar donde uno se plantea como lo han levantado ahí, y más en aquellos tiempos…
Por eso, si tenemos la posibilidad de conocer Barcelona, ¿porqué no aprovechar y conocer otros rincones en Cataluña?
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