En algunas de sus múltiples calas encontramos parajes únicos, caso del Torpedier, una roca frente a una de las pequeñas playas, que parece un auténtico barco torpedero de la segunda guerra mundial, curiosa paridolia. En esta parte del paraíso podemos ver como mucho saltan de las rocas al mar, en un juego sin final, podemos nadar en sus cristalinas aguas, bucear entre su naturaleza submarina, practicar el senderismo, la escalada,...
Su peculiar situación entre una ciudad importante como Marsella y una localidad tan turística como es Cassis le otorgan un especial valor al reconocimiento otorgado, pues es una protección muy necesaria para que se pueda mantener vivo un espacio natural como este.
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