Si hay un acto realmente enriquecedor, que hace cambiar mentalidades, que abre corazones y los ojos de la gente, ese es el viajar. Un mecanismo que empuja el crecimiento personal de una forma única, incluso revolucionaria. Algo que te sumerge en culturas y tradiciones en ocasiones más cercanas de lo que esperábamos, en ocasiones más lejanas de lo que nunca vivimos. Sea por unos motivos u otros, siempre tenemos algo positivo que nos empuja a seguir viajando, a seguir creciendo.
A veces encontrar el destino es muy fácil, pero no tanto en otras ocasiones. Todo depende del momento en el que nos encontremos, de qué esperemos y, por supuesto, de donde vivamos. Por ejemplo, no es lo mismo si somos de Barcelona o Málaga a que si somos de Oviedo, los dos primeros tendrán a mano muchos más destinos, al menos aéreos.
En ocasiones la mejor opción puede ser conseguir vuelos baratos a Madrid, pues al ser la capital es el centro neurálgico de las comunicaciones, pudiendo encontrar aquí la mayoría de los destinos, sean directos o con escalas. Pero lo importante, independiente de donde salgas y donde vayas, es que viajes, nunca te arrepentirás, siempre te aportará algo.
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