lunes, 21 de junio de 2010

Viajando al sur

En estos meses estivales algo nos recorre el cuerpo, nos descubre el calor de la sangre, nos altera. Llega el momento de moverse, de la búsqueda del paraíso. Ahora no se me ocurre una opción mejor que viajar al sur, tierra de sensaciones, de color. Por eso he decidido mi próxima ruta, mi primera parada será en tierras moras, buscaré el calor mediterráneo, Málaga será mi siguiente parada.

Aunque siguiendo con la idea de desconectar, no me quedaré en la capital, Nerja será mi destino y las calas de Maro mi paraíso particular. Ya sueño con esa brisa marina, embaucadora. Días sin final y noches sin inicio, el simple relax. Un lugar en el disfrutar de la brisa salada de la mar, un entorno en el que desconectar del mundo mirando las estrellas.

Como no podía ser menos, no puedo evitar una visita a la tierra de la Alhambra, Granada. Quizás no es el mejor momento para disfrutar una ciudad en la que no es nada recomendable salir a la calle antes de la seis de la tarde, son días de 40 grados, pero no puedo evitar hacer una parada, saludar mi último hogar andaluz.

Tras esto no puedo evitar buscar la costa, donde me relajaré hasta volver a mi punto de retorno, aquel que me indica que mis vuelos desde Sevilla me llevarán de nuevo a casa, una casa a más de 3000 kilómetros de la tierra en la que nací.

miércoles, 9 de junio de 2010

El Algarbe, paraíso atlántico


Garb Al-Andalus, el occidente de Al-Andalus, hoy sur de Portugal. Una tierra en la que sus aguas son sorprendentemente calmas y serenas, unión atlántica con las corrientes mediterráneas.

Su relieve, a base de colinas y valles es, junto a las sierras de Monchique y de Caldeirao, una frontera natural que matiza el clima y los matices históricos de la cultura en la región.

Sus pueblos, que podemos descubrir con unos vuelos baratos a Faro, nos llevarán de la mano de su gastronomía, de sus vinos.

Es un sitio en el que descubrir la fusión entre naturaleza de interior y costa tan difícil de encontrar en nuestra sobreexplotada península. Una tregua del cemento y el ladrillo al verdor de árboles y plantas.

Sus aguas cristalinas, verde perla en algunas regiones, nos llevan a un estado de relax que a veces podemos olvidar que existe en nuestro día a día de ciudad.

La historia de la región, no tan popular como en otros puntos, nos habla de la importancia árabe, de su integración en Al Andalus. De hecho en época musulmana fue una de las más importantes regiones a nivel cultural y de progreso de la hoy Portugal, llegando a constituir su propia taifa, la Taifa de Silves.

Las razones que hacen la región tan atractiva son muchas, tan coloridas como subjetivas, por lo que la mejor alternativa es reservar un hotel en el Algarbe que nos permita descubrirlo sin prisas, con la misma calma que se respira en sus pueblos, en sus playas y calas.